¿QUE SON LAS MENINAS?
Las
meninas (como
se conoce a este cuadro desde el siglo
XIX)
o La
familia de Felipe
IV (según
se describe en el inventario de 1734)
se considera la obra maestra
del pintor del Siglo
de Oro español Diego
Velázquez.
Acabado en 1656,
según Antonio
Palomino,
fecha unánimemente aceptada por la crítica, corresponde al último
periodo estilístico del artista, el de plena madurez. Es una pintura
realizada al óleo sobre
un lienzo de
grandes dimensiones formado por tres bandas de tela cosidas
verticalmente, donde las figuras situadas en primer plano se
representan a tamaño natural. Es una de las obras pictóricas más
analizadas y comentadas en el mundo del arte.
La
más completa y primitiva información del cuadro se encuentra en
la biografía extensa
y llena de pormenores que dedicóAntonio
Palomino a
Velázquez, publicada en el tercer tomo del Museo
pictórico y escala óptica,
titulado El
parnaso español pintoresco laureado. Según su propia confesión Palomino obtuvo los datos de las notas
biográficas, actualmente perdidas, escritas por Juan
de Alfaro,
un pintor que había sido discípulo de Velázquez en los últimos
años de su vida, lo que entre otras cosas le iba a servir para
identificar con precisión a todos menos uno de los personajes
retratados.
La
pintura se terminó en 1656,
fecha que encaja con la edad que aparenta la infanta
Margarita (unos
cinco años).24Felipe
IVsolía
visitar el taller del pintor, como cuenta Palomino recordando algunos
precedentes históricos, conversaba con él y a veces se quedaba
viéndole trabajar, sin protocolo alguno. El lugar donde trabajaba
Velázquez era una sala amplia del piso bajo del antiguo Alcázar
de Madrid,
próxima al denominado «Cuarto del Príncipe» por haber sido el
aposento del príncipe Baltasar
Carlos,
muerto en 1646,
diez años antes de la fecha de Las
meninas.
Algunos años después de muerto Velázquez la pieza principal del
«Cuarto del Príncipe», que es precisamente el lugar retratado con
precisión en Las
meninas,
se acondicionó como taller de los pintores de cámara.
Para José
Gudiol Las
meninas suponen
la culminación de su estilo pictórico en un proceso continuado de
simplificación de su técnica, primando el realismo visual sobre los
efectos del dibujo. Velázquez en su evolución artística entendió
que para plasmar con exactitud cualquier forma solo se precisaban
unas determinadas pinceladas. La simplicidad fue su objetivo en su
época de madurez y en Las
meninas es
donde mejor consiguió reflejar estos logros.
En Las
meninas destaca
su equilibrada composición, su orden. La mitad inferior del lienzo
está llena de personajes en dinamismo contenido mientras que la
mitad superior está imbuida en una progresiva penumbra de quietud.
Los cuadros colgados de las paredes, el espejo, la puerta abierta del
fondo son una sucesión de formas rectangulares que forman un
contrapunto a los sutiles juegos de color que ocasionan las actitudes
y movimientos de los personajes. La composición se articula repitiendo la forma y las proporciones de
los dos tríos principales (Velázquez-Agustina-Margarita por un lado
e Isabel-Maribarbola-Nicolasito por otro), en una posición muy
reflexionada que no precisó ajustes y modificaciones sobre la
marcha, como acostumbraba a hacer Velázquez en su forma de pintar,
llena de arrepentimientos, rectificaciones, correcciones y ajustes
conforme avanzaba en la ejecución de un cuadro. Esta disposición
elegida y la armonía de los tonos consiguen esa maravillosa
naturalidad que le da ese aspecto de secuencia improvisada captada
fugazmente.
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